No quiero pecar y mucho menos sexualmente

No quiero pecar y mucho menos sexualmente. Sexo,Dios ayúdame a no pecar, adulterio, inmoralidad sexual, tentaciones sexuales, cómo controlar las tentaciones. No quiero seguir pecando Dios, ayúdame, Postales con versos bíblicos, de la Biblia. En mi corazón he guardado tus dichos. Reflexiones cortas cristianas para ti y para mi.
No quiero pecar y mucho menos sexualmente
Para evitar relaciones sexuales inmorales Salomón, el rey sabio, nos enseña a:

- Seguir el consejo de Dios, sus maravillosas y sabias palabras, para caminar en la luz y no en la oscuridad del mal.

- Caminar tan lejos de la tentación como sea posible para que no te atrape.


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- Decidir No andar por caminos de trampas donde hábilmente se esconde el peligro de hombres o mujeres tentadoras.

- Si no estás cerca no escucharás las palabras dulces, seductoras y agradables del que te quiera tentar. 

      Todo comienza en la mente, cuida tus pensamientos porque de ellos vas a hablar, según ellos vas a actuar y construirás tu vida o la destruirás hasta la muerte.

     Si crees que eres muy firme y fuerte, no te descuides, mantente alerta y alejado del peligro para que no caigas también.  Por Mery Bracho
 Autor: Mery Bracho

Lee Proverbios 7.
Mientras estaba junto a la ventana de mi casa,  mirando a través de la cortina,
vi a unos muchachos ingenuos;  a uno en particular que le faltaba sentido común.
Cruzaba la calle cercana a la casa de una mujer inmoral  y se paseaba frente a su casa.


Era la hora del crepúsculo, al anochecer,  mientras caía la densa oscuridad.
La mujer se le acercó,  vestida de manera seductora y con corazón astuto.
 Era rebelde y descarada, de esas que nunca están conformes con quedarse en casa.
 Suele frecuentar las calles y los mercados,  ofreciéndose en cada esquina.


Lo rodeó con sus brazos y lo besó,  y mirándolo con descaro le dijo: «Acabo de hacer mis ofrendas de paz y de cumplir mis votos. ¡Tú eres precisamente al que estaba buscando! ¡Salí a encontrarte y aquí estás! Mi cama está tendida con hermosas colchas,con coloridas sábanas de lino egipcio.

 La he perfumado  con mirra, áloes y canela. Ven, bebamos sin medida la copa del amor hasta el amanecer.Disfrutemos de nuestras caricias, ahora que mi esposo no está en casa. Se fue de viaje por mucho tiempo. Se llevó la cartera llena de dinero y no regresará hasta fin de mes».

Y así lo sedujo con sus dulces palabras  y lo engatusó con sus halagos. Él la siguió de inmediato, como un buey que va al matadero. Era como un ciervo que cayó en la trampa, en espera de la flecha que le atravesaría el corazón. 

Era como un ave que vuela directo a la red, sin saber que le costará la vida.Por eso, hijos míos, escúchenme y presten atención a mis palabras. No dejen que el corazón se desvíe tras ella. No anden vagando por sus caminos descarriados. Pues ella ha sido la ruina de muchos; numerosos hombres han caído en sus garras. Su casa es el camino a la tumba. Su alcoba es la guarida de la muerte.


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