La Tentación es Fuerte, Dios es más fuerte.
Caminamos con seguridad cuando andamos en
tierra firme pero cuando nos aventuramos a acercarnos a la tentación podemos
terminar quemados. Cuando eramos frágiles bebés,
algunos nos apoyamos en andaderas para caminar. Allí dimos nuestros
primeros pasos con seguridad.
Recuerdo a mi hija cuando
tenía unos 8 meses en su andadera. Estábamos en el piso superior de la
casa. La escalera estaba normalmente cerrada con un mueble para que ella
no pudiera bajar. Un día, un amigo nuestro subió y olvidó cerrar el paso
de la escalera. Mi bebé en su andadera caminó justo para la escalera, se
deslizó por los escalones como si fuera por pista de hielo hasta el
descanso y allí se volteó. Afortunadamente no sufrió más que una
hinchazón en su nariz.
Cuando andamos caminando en
esta vida, podemos ser como la bebé, andar confiados en Dios, que sería nuestra
andadera, en quien podemos descansar cuando estamos cansados pero nos
aventuramos a llegar a lugares prohibidos, y sufrimos las consecuencias.
Si eres prudente verás el peligro y
lo evitarás; si no lo eres seguirás adelante y recibirás el
daño(*).
No es que Dios sea malo,
sino que Él, como buen padre, desea que aprendamos de nuestros propios
errores. Aún, con todo eso, te libra de muerte, pero debes aprender la
lección. No te alejes de la seguridad de estar cerca de Dios, evitando
lugares tentadores y peligrosos, personas tentadoras y peligrosas, situaciones
que te puedan hacer tropezar. Dios es poderoso, más fuerte que tu tentación
pero debes tener la disposición de alejarte.
Que tengas un buen día
confiado en Dios y haciendo lo correcto!
Por Mery Bracho
(*)Proverbios 22:3