Tengo un Padre y se llama Dios
Tengo un padre a quien no
necesito abrirle la puerta de mi casa
porque siempre está dentro
de mi corazón.
Tengo un padre quien no
evita que me lleguen los problemas
pero me ayuda a superar
cada uno de ellos.
Tengo un padre que nunca me
dejará, sin importar el tiempo,
ni el lugar donde esté, ni
la edad que tenga,
conmigo permanecerá, no me
abandonará.
Tengo un padre que me
defiende de mis enemigos, porque es el todopoderoso.
Tengo un padre que abre sus
brazos de amor para mí,
su cariño me arropa y seca
mis lágrimas.
Tengo un padre que no muere
porque es eterno.
Tengo un padre que fue
capaz de dar lo más preciado para Él, a su hijo Jesús,
dejar que muriera para que
yo viviera si creo en su sacrificio y vivo en fe.
Tengo un padre que me ha
dicho que si permanezco bajo sus alas
me saciará de larga vida y
me mostrará su salvación.
Tengo un Padre y se llama
Dios.
Por Mery Bracho
foto cortesía de Marcos Santos