Los oídos para oír y los ojos para ver; ambos son regalos
del Señor. Qué regalos tan
maravillosos, y parece redundante, los oídos para oír, lógico, ¿verdad?.
Podemos darles buen uso a esos 2 oídos, hay mucha
necesidad de ser escuchado, en ocasiones ni hace falta abrir la boca, solo
escuchar, comprender, tener empatía, y se abrirán más corazones ante ti.
¿Sabes que la gente paga para que les escuchen? Van a un
psicólogo y él les pide que hablen, tal vez el 95 % de la consulta será el
paciente hablando y solo un 5 % serán los consejos del psicólogo. Los oídos para oír. Lo mejor es usar el otro
regalo de Dios junto con el oír, los ojos, mirar a la persona que habla.
Si quiere decir algo que sea: “Cuéntame más” y no dar
respuestas apresuradas. También puede dar aliento al decir: “Siento mucho cómo
te ha dolido”, “Veo que ha sido difícil esa situación”.
¿Por qué Salomón, el hombre más sabio que ha existido,
escritor de Proverbios, dijo los oídos para oír? Será que necesitamos que
alguien nos recuerde eso, nos haga entender que podemos ser de bendición para
alguien escuchando atentamente, sin mirar el celular, o la tele, o el
periódico, escuchando con disposición y dando importancia a lo que se dice. Disfruta
de tus 4 regalos, los ojos y los oídos. Hoy puedes disponer tus oídos para escuchar y entender. Por Mery Bracho.