Fuerza interior para dominar mis deseos.
Cada
día nuestras emociones quieren ser escuchadas y nuestros deseos buenos y malos
quieren ser atendidos prontamente. Es allí cuando el auto control que Dios puso
en cada uno toma lugar para que podamos vivir en armonía con Dios y los demás.
Aunque crea merecer cualquier cosa que desee tengo el
poder dentro de mí para sujetar mis acciones.
Aunque quiera satisfacer mis necesidades a cualquier
precio, pensaré en los demás y no lo haré.
Pondré
en alto la bondad, la generosidad y la humildad.
Miraré la vida girando no alrededor de mí sino alrededor de Dios y lo que
quiere para mí.
Cuando dependo de Dios aquello que no encajaba en mi rompecabezas consigue
su lugar perfecto.
Aunque no sea fácil seguir reglas lo haré porque deseo vivir en rectitud.
Es una decisión que tomo por encima de lo que mis deseos internos me
inviten a hacer.
Por Mery Bracho
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