Mantenga
su luz encendida en los problemas
Cuando
nos toca pasar por lo difícil de los problemas se hará evidente si hemos tenido
un buen mantenimiento de la luz en nuestro corazón.
Un
señor cuyo trabajo era cuidar el faro de la costa en una zona de tormentas,
normalmente hacía su trabajo bien. Pero luego, cuando empezó a escasear el
aceite en el pueblo algunos pueblerinos llegaron a pedirle un poco de aceite al
cuidador. El faro se mantenía encendido con aceite. El señor dio, dio y dio
aceite.
Se
acercaba una tormenta, los barcos que pasaban cerca podían ver el faro
encendido en la costa y de repente se apagó.
Había dado tanto aceite al punto de perder su propia luz y no ser capaz
de evitar tragedias en el mar.
No
es que sea malo dar, la Biblia dice que demos y nos será dado a nosotros aún
más. Pero cuando damos a costa de perder el propósito que Dios tiene para
nosotros, nos hace daño. Tal vez eres una madre o padre, que da y da a sus
hijos, y has fallado en enseñarles a buscar sus propios recursos, o a ayudarte
en casa poniendo responsabilidad sobre ellos, llegará el momento cuando
necesites aceite para alumbrar con intensidad y quizás ya no hallarás, tu cuerpo
desfallece por haber dado aún más allá de tus fuerzas. O eres un miembro de
familia que ha tomado la carga de todos.
Tal
vez eres de esas personas que quieren ayudar al 100% y estar en todo, en la iglesia, en la comunidad, en tu familia.
Alguno de estos grupos va a sufrir cuando ya no tengas luz, probablemente, tu
familia. Establece tus prioridades,
nutre tu vida, atiende tu salud física y espiritual y estarás listo para dar tu
luz con intensidad a otros. En la Biblia se nos dice: “Cada uno llevará su
propia carga”. Alumbra con intensidad y podrás alumbrar a otros.Por Mery Bracho
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