El
mundo nos envuelve de tal manera que en oportunidades perdemos el camino y nos
desviamos hacia otros rumbos que no nos ayudan.
El pequeño Josué de 4 años recibió un lindo regalo, un avioncito con pista y otros accesorios. Mientras estuvo de viaje con sus padres disfrutó de su avioncito, lo llevaba a todas partes. Pero el día de regresar a casa llegó y Josué no podía encontrar su avión. Oró pidiendo a Dios que cuidara su pequeño avión que se había quedado solo en ese otro país. Un amigo de la familia le compró otro avión y se lo mandó al niño. Cuando Josué lo vio se emocionó por ver su apreciado juguete y felizmente dijo: “Qué limpio está, lo lavaron”.
Tal
vez tuviste un tiempo en comunión con Dios, le buscabas con amor y gozo, Era la alegría de cada día. Pero llegó el tiempo cuando las cosas de la vida te
alejaron de ese gran amor y empezaste a vivir a tu manera, lejos del propósito
de Dios. No te fue bien.
Pero ahora Dios te da una nueva oportunidad, como el avión del niño no serás la misma persona que regrese a los pies de Dios, ahora serás una nueva creación, no solo te lava y limpia tus faltas con su perdón, también te renueva y hace de ti una persona diferente. Te recibirá con los brazos abiertos. Nunca es tarde para volver a Dios mientras estemos vivos.
Pero ahora Dios te da una nueva oportunidad, como el avión del niño no serás la misma persona que regrese a los pies de Dios, ahora serás una nueva creación, no solo te lava y limpia tus faltas con su perdón, también te renueva y hace de ti una persona diferente. Te recibirá con los brazos abiertos. Nunca es tarde para volver a Dios mientras estemos vivos.
Por
Mery Bracho
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