La gente se fija en lo que vistes por fuera,
Dios mira lo que vistes en tu interior,
si estás vestido de amor, de sencillez,
de humildad de corazón, de bondad,
de firmeza espiritual, de dulzura.
La gente se fija en lo que dices,
Dios se fija en lo que piensas,
de buen nombre, digno de admiración,
puro, y buscando la virtud.
La gente te juzga por la manera como actúas en público,
Dios te anima a ser íntegro en privado,
a buscar intimidad espiritual,
a hacer las cosas bien cuando nadie te ve,
a ser de ejemplo para ti mismo
y luego para los demás.
Por Mery Bracho
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