Cuando los problemas llegan y son fuertes, con frecuencia se pierde el ánimo hasta de salir, de arreglarse, y algunos hasta se deprimen.
Tengo unas flores en mi jardín, que tiene espinas pero su flor es hermosa, creación de Dios. Es capaz de soportar mucho sol sin perder su belleza.
DEPENDAMOS DE DIOS.
Necesitamos tú y yo, aprender a depender de Dios, aunque el calor de los problemas sea fuerte, debemos sacar nuestro mejor color. Recibir esa lluvia que nos refresca del Espíritu Santo y seguir firmes.
NECESITAMOS LA COMPAÑÍA DE LOS DEMÁS
Es interesante que esta flor nunca está sola, siempre es un ramillete que sale junto y florece, en la vida nos necesitamos unos a otros, todos pasamos por pruebas pero el ánimo de unos a otros nos ayudará a sobrellevar las cargas, otros me pueden motivar con su propio ejemplo.
TENDREMOS UN TIEMPO DE RESTAURACIÓN.
Llega el momento en que la flor se marchita, pero la planta se prepara para una nueva floración. Es el tiempo de poda de Dios, de restauración, de preparación para una renovación y para nuevas victorias.
LOS PELIGROS DE LAS PEQUEÑAS COSAS QUE DESTRUYEN.
Hay unos animalitos, unos insectos negros que a veces llegan a mi jardín y ¿sabes qué atacan? Atacan el tallo de la flor, lo pican dejando cicatrices negras en la flor, algunas veces al punto de destruirla completamente.
Las pequeñas cosas que hacemos que a Dios no le gustan o las pequeñas mentiras, o actos que no son los mejores, tal vez palabras fuertes, sin misericordia, sin sazón, vienen siendo como los insectos destructores, poco a poco, picando y picando van dañando la belleza de la vida.
Necesitamos la protección divina en todo momento y estar conscientes de lo que nos hace daño. Por Mery Bracho.