Esta pregunta tal vez te la has hecho, ¿Qué es lo que me pasa que estoy estancado? Pasan los días y sientes que no avanzas.
¿Crees tú que Dios está haciendo algún cambio en ti?
Tu vida pudiera estar en algunas de estas situaciones:
Dios no ha cambiado nada en mí.
Si sigues viviendo tal como eras antes de conocer a Jesús, o si nunca lo has conocido, si no tienes fe ni propósito en la vida, esta pudiera ser tu situación.
Dios hizo algo en mí alguna vez pero creo que ahora estoy estancado.
No estás solo en esta situación, hay muchos que creyeron en Dios, empezaron a ver cambios porque estaban emocionados sirviéndole, pero ahora están como congelados, se quedaron como estaban hace 5 o 10 años, los mismos temores, las mismas preocupaciones agobian sus vidas, la misma rutina, no hay emoción ni propósito en el presente y mucho menos en el futuro.
Moisés, este hombre que cuenta la Biblia que fue escogido por Dios para liberar a todo el pueblo de Israel, esclavizado en egipto, había estado estancado, antes de hacer esta gran obra de Dios. Y cuando Dios lo confrontó con sus grandes propósitos para él, Moisés no hizo más que concentrarse en LO QUE NO PODRÍA HACER porque era Tartamudo y tenía miedo.
Tal vez tienes una debilidad y eso te ha detenido en la vida para seguir adelante. No se trata de lo que tú solo puedes hacer, se trata de lo que Dios hará a través de ti, si estás dispuesto y disponible. Deja que Dios tome tu mente, tu corazón, tome control sobre tus emociones y te de firmeza de carácter.
Probablemente nunca va a venir una luz extraordinaria del cielo y se te va a aparecer un ángel para decirte lo que tienes que hacer pero cada día Dios te puede hablar a través de La Biblia, Su palabra escrita, y puedes pedirle en oración que te guíe. No esperes lo extraordinario para actuar, haz que lo ordinario sea convertido, en suma, en extraordinario porque eres constante en tus esfuerzos.
Dios está trabajando en mi vida.
Te felicito si estás dejando que Dios obre en tu vida. Esto se logra primeramente porque has aceptado a Jesús como tu Salvador en tu vida porque Dios comenzó la obra en ti y la va a perfeccionar hasta el día en que Jesucristo regrese por ti y por mi. Ese Jesús que viene por tí espera que le hayas reconocido, que creas en su sacrificio en la cruz, que sin tú merecerlo, te dio valor y murió por ti y a través de eso, limpio tus pecados y te dio vida eterna.
Si no has aceptado a Jesús en tu vida haz esta oración ahora mismo:
Gracias Dios por haber enviado a tu Hijo Jesús a morir por mí. Jesús, te acepto como mi Salvador y creo que tu sangre me limpia de todo pecado y me da la vida eterna. Escribe mi nombre en el libro de la vida, amén.
Segundo, crees que es Dios quien te hace fuerte, por eso te esfuerzas y eres valiente, enfrentas retos, le das la cara a los problemas y pruebas, actúas en fe y nada te detiene.
Tercero, tienes propósito y vas dando pasos para cumplirlo. Dios nos va dando las directrices en la medida que avanzamos. Con Moisés fue así. Dios no le dijo al principio que abriría el Mar Rojo para que la gente pasara en seco, sino que luego de la liberación del pueblo, estando en el camino, Dios lo hizo. Avanza, y con Dios lograrás grandes cosas.
Dios terminó su obra en mí.
Si crees esto, hay algo que necesitas mejorar, es tener fe y esperanza. A menos que ya creas estar en tus últimos días sobre la tierra, el versículo dice que Dios terminará su obra en tí cuando Jesucristo venga, y si no ha venido, aún no puedes tirar la toalla ni rendirte, Sigue sirviendo a Dios y a la humanidad.
Ya no es el tiempo de quejarse, nunca debió existir ese tiempo, es el tiempo de dar gracias a Dios y decirle:
Aquí estoy, necesito cambiar, ser luz en la oscuridad, ser íntegro, honesto, ser motivador, ser un fiel trabajador, un padre o una madre ejemplar, un empleado que brille, un jefe que inspire, un pastor o sacerdote digno de admirar, un estudiante que con su conducta y calificaciones diga que hay algo diferente y de excelencia en ti. Dios te bendiga.
Por Mery BrachoAquí estoy, necesito cambiar, ser luz en la oscuridad, ser íntegro, honesto, ser motivador, ser un fiel trabajador, un padre o una madre ejemplar, un empleado que brille, un jefe que inspire, un pastor o sacerdote digno de admirar, un estudiante que con su conducta y calificaciones diga que hay algo diferente y de excelencia en ti. Dios te bendiga.
"Estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva". Filipenses 1:6
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