En la época actual muchos prefieren viajar por avión, es más rápido, más cómodo y puedes disfrutar la estadía en el destino por más tiempo. Nuestra vida es como un viaje por barco, no se trata de rapidez, se trata de llegar con éxito hasta donde Dios nos quiere llevar.
Hoy más que nunca, Dios necesito tu ayuda, no puedo vivir y ser feliz si no vas conmigo.
El Pequeño timón del Barco, La lengua.
Este barco que es nuestra vida, tiene su pequeño timón, el cual necesitamos tenerlo bajo control para que vaya por donde queremos, o mejor dicho, por donde Dios quiera. En la Biblia se nos dice que La Lengua es como un timón, que es pequeño pero dirige grandes embarcaciones. En otra parte dice que la vida y la muerte están en poder de la lengua, de nuestro hablar, de allí la importancia en controlarla.
Momentos buenos y momentos en problemas de la vida.
En esta travesía por el mar de la vida tendremos momentos maravillosos, con sol radiante, una brisa apacible, aguas calmadas y un barco que funciona perfectamente. Pero cuando la enfermedad llega, el barco presenta fallas, no avanza como quisiéramos y necesitamos la ayuda divina para repararlo. Nuestras peticiones de fe a Dios deben ser la visita al reparador de barcos.
Dios te da paz en medio de la tormenta.
Si en tu vida hay tormentas, no puedes salir del barco, es tu vida, enfréntalas con la ayuda de Dios. En medio de las situaciones difíciles, Dios es nuestra paz, hará la calma en nuestra tempestad.
Disfruta el viaje, encuentra felicidad
Si esperas para disfrutar cuando salgas del barco, tal vez sea demasiado tarde, te animo a encontrar felicidad mientras navegas por la vida, junto a las personas que dejes entrar a tu barco, haciendo la paz con ellos, amando y dejándote amar. Disfruta de los pequeños y grandes momentos.
Feliz y fortalecida Navegación.
por Mery Bracho.
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