“Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito.” (*)
Dios nos enseña en cada situación, algún propósito tendrá al permitir que pasemos por pruebas. Lo cierto es que aunque no entiendas el propósito ahora, Él te ama y desea tu recuperación, tu renovación espiritual, que presentes a Él todas tus peticiones y confíes en sus promesas.
Hace unos días fui a comprar la batería a mi auto, pero en Venezuela no es tan sencillo ahora, es necesario anotarse y esperar "por horas" hasta poder comprarla. Ya me habían anotado, ya quería irme y por fín llegó mi turno. Entré a la tienda con mi auto y le pusieron la batería. Cuando fui a prenderlo, la guaya del cloth se dañó.
Pude ver la solidaridad de la gente, me ayudaron a estacionarlo afuera apagado, luego mi hermano y algunos desconocidos lo empujaron hasta la casa de un cuñado por allí cerca. Nos dieron almuerzo, luego fui a comprar la pieza y aunque parezca normal, no lo es aquí encontrar la pieza en la primera tienda que entré, siempre se visitan por lo menos 3 hasta llegar a una que la tenga.
Al regresar a donde estaba el auto, mi cuñado que trabaja con su autobus, no pensaba regresar a su casa hasta la noche pero decidió pasar por allá, -No sé ni por qué vine para acá-, me explicó. Dios sí sabía, él arregló la guaya, y me pude ir dando gracias a él y a Dios por su obra. Todas las cosas nos ayudan a bien.
En medio de la escasez puedes abrir tu alacena y de lo poco que tengas, da a otros más necesitados que tú. En medio de tu dolor, escribe una palabra positiva a alguien que tal vez ha pasado una situación difícil. En medio de tu tormenta busca en oración al Señor, agradécele por nunca abandonarte, deja que te arropen su amor y su bondad.
Pude ver la solidaridad de la gente, me ayudaron a estacionarlo afuera apagado, luego mi hermano y algunos desconocidos lo empujaron hasta la casa de un cuñado por allí cerca. Nos dieron almuerzo, luego fui a comprar la pieza y aunque parezca normal, no lo es aquí encontrar la pieza en la primera tienda que entré, siempre se visitan por lo menos 3 hasta llegar a una que la tenga.
Al regresar a donde estaba el auto, mi cuñado que trabaja con su autobus, no pensaba regresar a su casa hasta la noche pero decidió pasar por allá, -No sé ni por qué vine para acá-, me explicó. Dios sí sabía, él arregló la guaya, y me pude ir dando gracias a él y a Dios por su obra. Todas las cosas nos ayudan a bien.
En medio de la escasez puedes abrir tu alacena y de lo poco que tengas, da a otros más necesitados que tú. En medio de tu dolor, escribe una palabra positiva a alguien que tal vez ha pasado una situación difícil. En medio de tu tormenta busca en oración al Señor, agradécele por nunca abandonarte, deja que te arropen su amor y su bondad.
Si todo está bien contigo, me contenta, pero si estás presentando dificultades es la hora de confiar, de pedirle a Dios que obre en esa problema, Él tiene un propósito para ti, tal vez con tu familia, con tu comunidad cristiana, con las personas con quien trabajas o estudias. Donde veas que Él está actuando únete a su obra, da tus palabras de cómo has superado la situación porque no es para que te la guardes, es para que muestres a otros la gloria de Dios a través de su obra en ti. Por Mery Bracho
(*)Romanos 8:28.
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